domingo, 28 de febrero de 2016

日記:15/2

En esta nueva entrada de diario me gustaría hablar sobre el que ha sido tema principal de esta sesión: las metodologías didácticas para la enseñanza de lenguas extranjeras. Sobre este tema ya escribí una entrada para la materia de "las lenguas extranjeras en el contexto español e internacional", por lo que no me voy a repetir describiendo cada metodología. Por el contrario, me gustaría contaros una experiencia personal que me hizo reflexionar mucho sobre los métodos de enseñanza de idiomas en España.
Durante mi último año de carrera escogí como 2ª lengua extranjera el chino. Yo ya había estudiado un año chino en la EOI pero para entonces ya no recordaba más que las presentaciones y palabras muy concretas, por lo que podría decirse que casi partía de cero. El primer día la clase empezó con una breve explicación sobre la metodología que iba a emplear, en la que nos contaba que durante su experiencia como docente había descubierto cuál era el mejor método para enseñar chino a extranjeros. Así pues, después de ese breve comentario toda la clase se desarrolló por gestos, chino hablado y caracteres. No nos enseñó el pinyin, el sistema de transcripción del chino al alfabeto romano y muchas palabras nos las enseñó mediante dibujos. De forma muy puntual, cuando veía que ya nos superaba el idioma o que habíamos gastado todas nuestras fuerzas para concentrarnos en entender, hacía una pequeña explicación en castellano. Sobre todo, trató la fonética enseñándonos poemas tradicionales y gramática usando muchos gestos y alguna palabra en español.
Muchos compañeros no le encontraron sentido a este método y desilusionados fueron dejando la clase. Sobre todo  la falta de una base "tradicional", es decir, en este caso saber cómo escribir lo que oíamos o tener una gramática explicita fue lo que causó estas bajas en la clase. Sin embargo, para mi fue un método muy esclarecedor. El chino es un idioma con un sistema fonético que resulta complejo para los españoles, por lo que de esta forma tuve la oportunidad de emplear mi propio sistema, un collage de todos los sistemas fonéticos de los idiomas que había aprendido, para poder transcribir cualquier palabra del chino como si de un ejercicio de dictogloss se tratase. Por otro lado, muchos de nosotros eramos alumnos de japonés de 4º año que queríamos aprender chino desde el nivel básico, pero está claro que partíamos sabiendo muchos caracteres aunque tuviésemos que aprender de nuevo su lectura y su significado.

Como experiencia personal, me pareció muy enriquecedor poder participar en una clase de metodología natural, y por otro lado me gustaría probar su validez en el aprendizaje del japonés. Creo que la pronunciación la conseguimos pulir bastante, o al menos aquellos que pusieron ganas en el proceso. 
Esta profesora no era nativa, pero había aprendido chino en su infancia y contó con toda su vida para poder irse formando hasta hoy en día, de modo que considero que este método no se adaptaría más que a ciertos contextos de enseñanza, sobre todo debido a la competencia lingüística y experiencia profesional que requiere, además de las ganas que los estudiantes pongan en el proceso de aprendizaje.
Qué me decís, ¿a vosotras/os os gustaría probarlo?

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